Los propietarios solicitaron rediseñar su jardín urbano para transfórmalo en un vergel  de biodiversidad que generara sus propios alimentos y optimizara los recursos naturales.  Para ello, uno de los primeros pasos fue realizar un estudio de sombras que permitiera conocer el movimiento de estas en la parcela, ya que su influencia define los microclimas y condiciona la ubicación de los elementos del sistema. 

Paralelamente, dada la baja precipitación anual de la zona; un elemento crucial de este proyecto ha sido el diseño y dimensionamiento de varios de sistemas de captación de agua de lluvia para su posterior uso como riego, así como la introducción de diversas estrategias destinadas a reducir las necesidades hídricas de la superficie ajardinada.

De esta forma,  través del diseño ecológico, se ha logrado un aumento del capital natural de la parcela y el jardín se ha trasformado en un vergel alimentado con agua de lluvia, donde se trabaja con el ciclo natural de descomposición de la materia orgánica para crear y mantener un suelo fértil y vivo.